San José Poliutla, Gro. Unos 28 mil habitantes del municipio de San Miguel Totolapan y Ajuchitlán del Progreso se quedaron incomunicados, así como otros municipios de la región Tierra caliente y de la Sierra, porque el puente vehicular -única vía de comunicación de esa parte del estado-, fue derrumbado y arrastrado por la crecida del río Balsas, consecuencia de las lluvias que provocaron los dos fenómenos naturales Manuel e Ingrid, el pasado fin de semana.
Este miércoles, a cinco días de que el Balsas creció y se llevó el puente vehicular, los habitantes de este municipio de la región de la Tierra Caliente demandaron al presidente Enrique Peña Nieto, así como al gobernador, Ángel Aguirre Rivero, y al alcalde Saúl Beltrán Orozco, que busquen de manera urgente la forma de pasar al otro lado alimentos, agua, medicinas y cobijas; porque ya no tienen víveres y la mayoría de la población está a la interperie.
El puente, que fue construido en 1993, en el periodo del ex presidente Carlos Salinas de Gortari, fue destruido por la corriente de agua casi en su totalidad el lunes 16 de septiembre como a las 10 de la noche, narraron pobladores.
Los familiares de los afectados de dicho municipio que se ubica antes de subir a la Sierra Madre del Sur, que se quedaron de este lado del puente, criticaron que las autoridades de los tres niveles no hayan siquiera sobrevolado la zona a cinco días de esta desgracia, para tratar de rescatar a las familias que están, o estaban, arriba en los cerros, lomas, o en sus azoteas.
Menos las autoridades, denunciaron los familiares de los damnificados, han enviado brigadas de elementos del Ejército Mexicano, policías federales, ni de Protección Civil, para que prevengan más daños en esta parte de la región, porque esos miles de habitantes están prácticamente semirodeados por afluente del Balsas, sin poder salir de ese punto.
Leonardo Leal Ocampo, habitante de San Miguel Totolapan, narró que para entender la magnitud del desastre en este municipio, o en esta región de la Tierra Caliente, comunidades como La Tinaja, El Remanse, San Pablo, Las Juntas, de cientos de casas cada una de estas localidades, prácticamente desaparecieron de la faz de la tierra. Afortunadamente la mayoría de la población alcanzó a salir de sus hogares y se fue a las lomas, cerros, o viviendas construidas en las partes altas de sus poblados. Aunque esta última versión tendría que ser corroborada porque desde el pasado domingo y hasta este jueves no hay paso a ese municipio; tampoco se sabe si hay desaparecidos o personas fallecidas.
En tanto la cabecera municipal, así como las localidades de San Francisco, Los Guajes, Valle Luz y La Comunidad, resultaron inundados aunque en menor escala la mayoría de las viviendas; no así las viviendas que estaban sobre la rivera del Río Balsas, porque estas se las llevó o resultaron anegadas completamente.Las cosechas de las que viven las familias fueron arrastradas por el afluente del río Balsas.
Otros municipios afectados de esta región son, Arcelia, Tlapehuala, Altamirano, Coyuca de Catalán, Cutzamala de Pinzón, Tlalchapa, por mencionar algunos.
En el municipio de San Miguel Totolapan -colindante con Ajuchitlán, Arcelia, Apaxtla de Castrejón, Atoyac de Álvarez y Tlacotepec-, la mayoría de las viviendas resultaron inundadas por la crecida del río Balsas, y hay centenares de viviendas derrumbadas o inundadas en su totalidad, dijeron damnificados.
Ante la falta de apoyo de las autoridades de los tres niveles de gobierno, los afectados hicieron un llamado a la población civil, y a los familiares de los habitantes de los municipios de la región de Tierra Caliente, que viven en otros estados u otros países, para que se organicen para traer a esta parte del estadovíveres. Los damnificados pidieron que se cooperen para que se renten lanchas o barcos, helicópteros u avionetas para que pasen agua y comida a los pobladores de este municipio que no tienen la forma de salir de ese punto del estado, porque la única por vía terrestre (el puente) se la llevó el río, y por la parte de la Sierra o la Costa Grande, los caminos de terracería están destruidos y sería imposible atravesar la sierra madre del Sur para salir por Tlacotepec o por Atoyac de Álvarez, ambos municipios también devastados.
La tarde del pasado miércoles que La Jornada recorrió la zona y llegó hasta en donde está el puente roto; los pobladores que se quedaron de este lado del puente, en su desesperación por tratar de ayudar y llevar alimentos a sus familiares contrataron una lancha de motor para poder pasar agua embotellada; pero el río sigue crecido y existe el riesgo de que también sean arrastrados por el afluente.
La crecida del río continúa también porque las lluvias no han cesado, consecuencia de eso la presa de El Caracol, que está en el municipio de Apaxtla de Castrejón, sigue siendo desfogada para que esta no se rompa.
Solicitaron a los tres niveles de gobierno que pongan en m archa el plan DN-III para que mediante helicópteros y avionetas lleven agua y medicinas de manera urgente porque existe el riesgo de que niños o ancianos que padecen enfermedades fallezcan.
Por su parte, el maestro Ricardo Román Carrasco, avecindado en San Miguel Totolapan, pero que se quedó de este lado del puente, demandó al presidente Peña Nieto, al gobernador Aguirre, que volteen a ver también la región de la Tierra Caliente, porque aseguró que aquí también hubo daños muy graves por estas lluvias que se presentaron.
"Le solicitamos al Presidente que manden brigadas de auxilio y ayuda para acá, porque los niños y los ancianos ya están padeciendo enfermedades, y no hay quien los atienda.
"Da mucha tristeza que griten desde el otro lado que quieren agua, alimentos y que nosotros no podamos atravesar el río para llevárselos; da tristeza que la gente esté sufriendo, enfermándose, y que ninguna autoridad desde el alcalde, gobernador y presidente del país no te escuchen y ni te volteen a ver", manifestó el profesor.
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