Es una vergüenza inadmisible que costó más de mil millones de pesos y que encierra corrupción desde su planeación, afirmaron.
Imperativo auditar a los fideicomisos del Bicentenario y de la Estela de Luz.
La llamada “Estela de Luz” es una vergüenza y un claro ejemplo de la opacidad, corrupción e impunidad que impera en la actual administración federal, afirmó el grupo parlamentario priísta en la Cámara de Diputados.
Por ello, exigió en punto de acuerdo aprobado por la Comisión Permanente, se informe sobre las irregularidades que se cometieron en la construcción de lo que se considera como el símbolo del Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución, y cuyo gasto es absolutamente inútil.
Luego de señalar que es urgente que se conozca lo relacionado al uso de los recursos y el costo real de la obra, pues finalmente se erogaron más de mil millones de pesos, los legisladores priistas enfatizaron que no se debe olvidar que el Estado de Derecho de un país radica en la cultura de la legalidad y el respeto a la ley, valor que se debe fomentar en la conciencia de los ciudadanos.
Al presentar a nombre de la bancada del PRI el punto de acuerdo respectivo, considerado de urgente resolución, la diputada Diva Hadamira Gastélum Bajo afirmó que son muchas las voces de la sociedad civil que dicha Estela de luz es una vergüenza inadmisible, pues se gastaron más de mil millones de pesos en un asunto que ofende por lo escandaloso y que encierra corrupción desde su planeación, desarrollo y entrega, y se hizo una erogación de esa magnitud cuando se regatean los 10 mil millones de pesos que se requieren para atender a los estados que padecen sequía y para mitigar el hambre que padecen los productores agrícolas.
En consecuencia, resaltó la imperiosa necesidad de que las Secretarías de la Función Pública y de Educación Pública, así como la Procuraduría General de la República informen al Congreso sobre el estatus actual que guardan las investigaciones sobre los presuntos actos de corrupción de la obra denominada Estela de Luz, toda vez que recordó que inicialmente se dijo que la obra compuesta por dos columnas costaría 200 millones de pesos, pero finalmente representó una inversión total de mil 35 millones de pesos, y añadió que la edificación estuvo a cargo de la constructora Gutsa, filial de la paraestatal Petróleos Mexicanos.
Indicó que de acuerdo a lo establecido, el proyecto debió ser entregado el 21 de agosto de 2010, sin embargo, las autoridades federales firmaron a Gutsa un convenio de modificación y concedieron una ampliación de 414.6 millones de pesos para incrementar el costo total de la obra hasta 813.6 millones más Impuesto al Valor Agregado.
No obstante que Gutsa obtuvo una suspensión judicial en su contra, pero la Secretaría de la Función Pública impugnó, y aún así la empresa fue invitada al concurso de la obra, que fue entregada el pasado día 7 para poner una cortina a este escándalo que avergüenza a todo el pueblo de México, apuntó.
Diva Hadamira Gastélum indicó que durante 15 meses de atraso se acumularon irregularidades, y aún así el sábado pasado “pudimos ser testigos de la entrega de una obra que debió haberse quedado así, sin concluir, pues, recalcó, es vergonzoso ver cómo la propuesta era un arco con terminados importantes, finos, y la mal llamada Estela de Luz terminó sólo en dos columnas mal hechas. Y lo más vergonzoso es que se nos quiera decir que este es un símbolo del aniversario de nuestra Revolución y la Independencia”.
Dijo que ojalá, como lo dijo Felipe Calderón durante la inauguración, la citada obra sea símbolo de unidad y que ilumine la existencia de futuras generaciones, sin embargo con tantos problemas que hay en el país es la estela de la corrupción, de la sospecha y una obra que ofende a todos los mexicanos.
“Y ojalá logremos cambiarle también el nombre que ridiculiza a los mexicanos por lo que encierra esta obra tan desastrosa en su planeación, en su gasto, y sobre todo en la entrega, que todavía no se termina de construir”, concluyó la legisladora priísta.
A su vez, el diputado César Augusto Santiago se pronunció porque la investigación que se haga comprenda a la Auditoría Superior de la Federación para que informe el estado de las auditorías del Fideicomiso y de la Estela de Luz, pues es un asunto de la mayor seriedad.
Expuso que si el Presidente nunca quiso acudir al Congreso en las celebraciones bicentenarias, es su problema, pero esta Legislatura y la Cámara tienen la obligación moral y ética con la República para decir que el Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución son temas serios, que no se pueden disimular con acontecimientos frívolos y festivos que no significan nada en el corazón y la esencia de la vida mexicana.
El diputado priísta coincidió que la llamada Estela de Luz forma parte de una estela de torpezas, y reiteró el imperativo de auditar al Fideicomiso del Bicentenario para saber con certeza cómo se constituyó, cuánto dinero se ha gastado, cómo se administró y porqué se cambio de una institución bancaria a otra, tal vez porque la nueva cobraba más caro que la anterior.
Apuntó que de igual manera es fundamental conocer porqué construyeron esa estela con esa serie de dificultades técnicas advertidas desde que se puso en marcha el concurso, saber cómo se financió la obra y con qué derecho la Secretaría de Hacienda envió recursos a la Secretaría de la Función Pública y porqué esta dependencia lo retransmitió al Fideicomiso del Bicentenario.
Asimismo, consideró que el espectáculo frívolo que la semana pasada encabezó el ejecutivo federal, es un intento más para que los mexicanos no se adentren en el problema, y de esta manera todo quedó en la simulación de inauguración de un esperpento que todavía sigue pendiente de que se concluya.
Y por ello resaltó que se debe hacer un esfuerzo para que se transparente de una vez por todas, el torpe ejercicio de esta obra, que debió significar mucho más de la pobre significancia que tiene hasta este momento.
Imperativo auditar a los fideicomisos del Bicentenario y de la Estela de Luz.
La llamada “Estela de Luz” es una vergüenza y un claro ejemplo de la opacidad, corrupción e impunidad que impera en la actual administración federal, afirmó el grupo parlamentario priísta en la Cámara de Diputados.
Por ello, exigió en punto de acuerdo aprobado por la Comisión Permanente, se informe sobre las irregularidades que se cometieron en la construcción de lo que se considera como el símbolo del Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución, y cuyo gasto es absolutamente inútil.
Luego de señalar que es urgente que se conozca lo relacionado al uso de los recursos y el costo real de la obra, pues finalmente se erogaron más de mil millones de pesos, los legisladores priistas enfatizaron que no se debe olvidar que el Estado de Derecho de un país radica en la cultura de la legalidad y el respeto a la ley, valor que se debe fomentar en la conciencia de los ciudadanos.
Al presentar a nombre de la bancada del PRI el punto de acuerdo respectivo, considerado de urgente resolución, la diputada Diva Hadamira Gastélum Bajo afirmó que son muchas las voces de la sociedad civil que dicha Estela de luz es una vergüenza inadmisible, pues se gastaron más de mil millones de pesos en un asunto que ofende por lo escandaloso y que encierra corrupción desde su planeación, desarrollo y entrega, y se hizo una erogación de esa magnitud cuando se regatean los 10 mil millones de pesos que se requieren para atender a los estados que padecen sequía y para mitigar el hambre que padecen los productores agrícolas.
En consecuencia, resaltó la imperiosa necesidad de que las Secretarías de la Función Pública y de Educación Pública, así como la Procuraduría General de la República informen al Congreso sobre el estatus actual que guardan las investigaciones sobre los presuntos actos de corrupción de la obra denominada Estela de Luz, toda vez que recordó que inicialmente se dijo que la obra compuesta por dos columnas costaría 200 millones de pesos, pero finalmente representó una inversión total de mil 35 millones de pesos, y añadió que la edificación estuvo a cargo de la constructora Gutsa, filial de la paraestatal Petróleos Mexicanos.
Indicó que de acuerdo a lo establecido, el proyecto debió ser entregado el 21 de agosto de 2010, sin embargo, las autoridades federales firmaron a Gutsa un convenio de modificación y concedieron una ampliación de 414.6 millones de pesos para incrementar el costo total de la obra hasta 813.6 millones más Impuesto al Valor Agregado.
No obstante que Gutsa obtuvo una suspensión judicial en su contra, pero la Secretaría de la Función Pública impugnó, y aún así la empresa fue invitada al concurso de la obra, que fue entregada el pasado día 7 para poner una cortina a este escándalo que avergüenza a todo el pueblo de México, apuntó.
Diva Hadamira Gastélum indicó que durante 15 meses de atraso se acumularon irregularidades, y aún así el sábado pasado “pudimos ser testigos de la entrega de una obra que debió haberse quedado así, sin concluir, pues, recalcó, es vergonzoso ver cómo la propuesta era un arco con terminados importantes, finos, y la mal llamada Estela de Luz terminó sólo en dos columnas mal hechas. Y lo más vergonzoso es que se nos quiera decir que este es un símbolo del aniversario de nuestra Revolución y la Independencia”.
Dijo que ojalá, como lo dijo Felipe Calderón durante la inauguración, la citada obra sea símbolo de unidad y que ilumine la existencia de futuras generaciones, sin embargo con tantos problemas que hay en el país es la estela de la corrupción, de la sospecha y una obra que ofende a todos los mexicanos.
“Y ojalá logremos cambiarle también el nombre que ridiculiza a los mexicanos por lo que encierra esta obra tan desastrosa en su planeación, en su gasto, y sobre todo en la entrega, que todavía no se termina de construir”, concluyó la legisladora priísta.
A su vez, el diputado César Augusto Santiago se pronunció porque la investigación que se haga comprenda a la Auditoría Superior de la Federación para que informe el estado de las auditorías del Fideicomiso y de la Estela de Luz, pues es un asunto de la mayor seriedad.
Expuso que si el Presidente nunca quiso acudir al Congreso en las celebraciones bicentenarias, es su problema, pero esta Legislatura y la Cámara tienen la obligación moral y ética con la República para decir que el Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución son temas serios, que no se pueden disimular con acontecimientos frívolos y festivos que no significan nada en el corazón y la esencia de la vida mexicana.
El diputado priísta coincidió que la llamada Estela de Luz forma parte de una estela de torpezas, y reiteró el imperativo de auditar al Fideicomiso del Bicentenario para saber con certeza cómo se constituyó, cuánto dinero se ha gastado, cómo se administró y porqué se cambio de una institución bancaria a otra, tal vez porque la nueva cobraba más caro que la anterior.
Apuntó que de igual manera es fundamental conocer porqué construyeron esa estela con esa serie de dificultades técnicas advertidas desde que se puso en marcha el concurso, saber cómo se financió la obra y con qué derecho la Secretaría de Hacienda envió recursos a la Secretaría de la Función Pública y porqué esta dependencia lo retransmitió al Fideicomiso del Bicentenario.
Asimismo, consideró que el espectáculo frívolo que la semana pasada encabezó el ejecutivo federal, es un intento más para que los mexicanos no se adentren en el problema, y de esta manera todo quedó en la simulación de inauguración de un esperpento que todavía sigue pendiente de que se concluya.
Y por ello resaltó que se debe hacer un esfuerzo para que se transparente de una vez por todas, el torpe ejercicio de esta obra, que debió significar mucho más de la pobre significancia que tiene hasta este momento.
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