Por Luis Fernando
Un año más y las ruinas que aún subsisten de lo que
fuera la Hacienda de las Juntas, en Tejupilco, continúan en el olvido. El
pasado miércoles 8 de mayo de 2013 se conmemoró el 260° Aniversario del
Natalicio de Miguel Hidalgo y Costilla, fecha cívica marcada por el calendario
oficial, y como es costumbre, se realizaron los honores respectivos en la Plaza
Bicentenario del municipio, pero en contraste a tan importante acto, los casi
desaparecidos restos de la ex-Hacienda de las Juntas permanecieron nuevamente
olvidados por la gran parte de la población de la región.
El valor histórico que tiene Tejupilco es haber sido
-como lo diría el padre Gabriel León López- el nido donde se formó la familia
Hidalgo y Costilla, de ahí que oficialmente sea conocido como Tejupilco de
Hidalgo, y por ende, la que fuera reconocida como Hacienda de Las Juntas,
perteneció a esta familia y fue el lugar donde nacieron los descendientes de la
estirpe libertaria, entre ellos, Cristóbal Hidalgo, el padre de Miguel Hidalgo
y Costilla.
De lo que fuera una grande hacienda, hoy sólo queda
un fragmento de pared y un cuarto rodeado de hierba, basura, lodo (en tiempos
de lluvia) y animales, donde actualmente vive la señora Columba Vázquez,
conocida en la comunidad tejupilquense por el tradicional mole de guajolote que
suele vender y del que con pequeños apoyos bimestrales que le otorga el
gobierno, alcanza a medio vivir. Columba Vázquez es descendiente de María
Costilla, hermana de Cristóbal Hidalgo, quien heredó la hacienda.
Columba Vázquez relata con añoro las conmemoraciones
que antaño solían hacerse en dicho lugar, con presencia de alumnos, maestros, y
la comunidad en general de Tejupilco, quienes con honores, peregrinaciones y
fuegos pirotécnicos, recordaban y aludían al lugar, en primera instancia por
ser la cuna de Cristóbal Hidalgo, y también por ser la residencia que tuviera
el adolescente Miguel Hidalgo durante su visita de tres meses al entonces
pueblo de Tejupilco, luego de haber sido cerrada la escuela jesuita en Valladolid
(hoy Morelia) donde él estudiaba.
A 260 años de distancia, lo restos de tan importante
legado están a punto de venirse abajo, si es necesario actuar, es preciso
hacerlo ahora. ¿Por qué no hacer ahí mismo un museo que honre a tan importante
familia? ¿Por qué no reconstruir la hacienda? La respuesta siempre ha sido la
misma: no hay dinero. Más allá de los efectos de la naturaleza, ha sido la
ignorancia y la falta de amor lo que ha destruido las históricas reliquias,
pero esto no es nuevo, ya en 1910, Luis González y Obregón, prologuista de Hidalgo Íntimo, donde se encuentra
resuelto el misterio del origen de los Hidalgo y Costilla, escribía lo
siguiente:
“¡Pobre Tejupilco, tan
abundante en legados sublimes de la historia y de la naturaleza, y tan pobre en
cerebros y voluntades nobles que pongan en las manos de las jóvenes
generaciones todo ese acervo cultural!”
Continuaremos esperando, esperando que alguien con
el poder suficiente haga algo, porque para nuestro mal, solos, no podemos hacer
mucho…
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